Selenita
La mágica, delicada y especial Selenita, lleva este nombre gracias a la Luna y a la Diosa Selene que según las leyendas, cristalizó sus poderosos rayos lunares para que los mortales tuviésemos una conexión con su mundo.
La selenita es el sulfato de calcio cristalizado, en la escala de durezas de los minerales la clasifican entre 1,5 a 2, lo que le hace la número uno en fragilidad y delicadeza.
Hay que tener especial cuidado a la hora de transportarla, y sobre todo nunca mojarla, eso, debido a que el yeso en el agua se disuelve.
Los romanos ya la utilizaban en la fabricación de ventanas y adornos, en cambio, los alemanes la conocen como “Marianglas” o cristal de María, por ser usado para proteger imágenes religiosas.
También llamada “Lapis specularis”, que significa Piedra Espejo, siendo su uso más conocido en los días de hoy gracias a la famosa serie de televisión Vikingos.
Los Vikingos, espertos exploradores.
En sus viajes descubrieron un curioso aspecto de la selenita, que al recibir una imagen en su superficie, la misma se duplicaba. Lo que les ayudaba en las navegaciones en días de poca luz.
Sobre todo se puede apreciar ese efecto en el llamado Espato de Islandia, o vulgarmente conocida como Piedra Televisión por su birrefringencia, es decir, poder ver una imagen doble a través de la piedra.
Gemoterapia
En la gemoterapia la principal propiedad vibratoria atribuida a la Selenita, es la conexión con la energía más sutil unida a nuestro Ser Superior, es más, nos desvincula de las trampas de la mente y del ego.
Al meditar con una selenita conseguimos viajar a otro espacio y tiempo.
Gracias a la fuerza de su energía logramos transportarnos a una realidad diferente, donde las visualizaciones se hacen reales en nuestra mente y cruzamos el universo de lo esencialmente mundano, en este espacio conseguimos no solo creer en la magia, sino, percibirla, sentirla y apoyarnos en su fuerza para sanarnos.